martes, 4 de diciembre de 2018

Confitería del Molino


El tesoro arquitectónico fue parte de la Noche de los Museos 2018




Inaugurada en 1916, por emigrantes italianos, especialistas en la elaboración de pan dulce. Es aun una impactante estructura de varios pisos, lleva casi dos décadas cerrada. A cargo de una comisión bicameral del Congreso desde este año, comenzó su restauración. Un sector de solo dos pisos pudo ser visitado por el público. Un centenar de visitantes que tras tres cuadras de cola pudieron conocer el presente del salón de fiesta y pastelería. El edificio cuenta con 6 plantas, un total de 12 departamentos pero solo se podía acceder al primer piso por una entrada sobre la Avenida Rivadavia que conduce al espacio donde antiguamente recibía la visita de ilustres personalidades de la política y de la cultura. Es más, la última celebridad que visito el lugar fue la cantante Madonna, en marzo de 1996 para filmar unos de sus videos, durante un descanso en la filmación “Evita”.



El salón mantiene su magnificencia con impactantes columnas de mármol pero la pintura de sus techos se la ve muy deteriorada como también los marcos de madera original de la boiserie. En sus pisos se aprecia varias capas distintas calidades, una económica de los 80's, permite vislumbrar por debajo la de roble. En Planta baja, se trató de débil manera representar las mesas clásicas de la confitería, y sobre algunas paredes se podía ver antiguos mostradores del lugar, y estanterías de cristal con objetos de la época, como vajilla, bolsas, envoltorios de pan dulces, recibos y servilletas.



El edificio fue un referente del estilo Art Nouveau, obra del prolífico arquitecto Francisco Gianotti (constructor también del actual Banco Comafi y de la Galería Güemes, ambos en Buenos Aires). Con una superficie de casi 7000 m2, fue vanguardia de la Belle Époque. Desde su cierre varios gobiernos habían promulgado leyes para recuperarlo sin éxito, hasta que gracias a  la ley de expropiación de 2014, la cámara de diputados se embarcó en el proyecto de su restauración, un trabajo en conjunto entre el gobierno nacional y porteño. 





Su costo y tiempo aun no está definido pero ya se ha podido solucionar sus problemas de seguridad estructural, las inundaciones de sus subsuelos, reparar grietas de su fachada y reacondicionar su vereda. Aún queda mucha labor, recuperar las aspas del molino, puertas, ventanas y 85 m2 de vitraux. Para su futuro se promete la apertura de su bar, pastelería, salones de baile y  un museo cultural.




La noche de los museos 2018, 10 de noviembre.

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