Creativa puesta en escena con altas dosis de misterio
Actúan: Julia Amore, Guillermo Berthold, Martin Lavini y Chispi Leiva – Escenografía: Ana Leiva– Iluminación: Verónica Alcoba y Fernando Chacoma – Autoría y Dirección: Florencia Berthold
Más allá de esporádicas comedias o dramas, no hay muchas obras en la cartelera argentina que traten teatralmente el género del suspenso o el terror, y menos aún representado con estética cinematográfica y minimalista. Por eso es interesante y atractiva la propuesta que escribió y dirige Flor Berthold, quien logra desde el inicio generar un alto nivel de misterio, sobresaltando al espectador de distintas maneras.
Una mujer abandonada en la ruta interactúa con la muchacha protagónica. Esta es la llave de acceso a la serie de crisis emocionales que se producen en el grupo de tres amigos, quienes cambiarán su destino hacia un camino incierto. Berthold puso su atención en puntos que sorprendan al espectador, desde el ingreso a la sala en penumbras y sólo iluminados individualmente por una pequeña linterna.
El elenco, fresco y eficaz, es encabezado por un natural trabajo de interpretación de Guillermo Berthold y Martin Lavini, quienes demuestran versatilidad y precisión para sostener los cambios de humor en sus personajes. La escenografía es aun más singular, ya que consta únicamente de un auto que la imaginación tenderá a ubicar en una ruta desolada y sin luz alguna. El suspenso es, sin duda, el punto de apoyo del relato si se lo analiza superficialmente, pero también hay elementos de drama, humor y absurdo, cuando se profundiza la mirada.
Cerró su última temporada con funciones: Jueves 21 horas. Teatro El Grito.
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