El Ministerio de Cultura, a través del Complejo Teatral de Buenos Aires, informa que a partir del sábado 14 de noviembre (en función para prensa e invitados) y del viernes 20 (para el público en general) a las 20.30 horas, vuelven las funciones con público de Happyland, el espectáculo escrito por Gonzalo Demaría y dirigido por Alfredo Arias, con música original de Axel Krygier, que se estrenó la temporada pasada en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín.
El elenco de Happyland está integrado por Alejandra Radano, Carlos Casella, Josefina Scaglione, Marcos Montes, María Merlino y Adriana Pegueroles. El diseño sonoro es de Axel Krygier –quien produjo e interpretó la música–, el diseño de iluminación de Paula Fraga, el diseño de vestuario de Julio Suárez y el diseño de escenografía de Julia Freid. La asistencia de escenografía pertenece a Emilia Pérez Quinteros, la asistencia de vestuario a Analía Morales y la asistencia artística es de Luciana Milione y Estefanía Florez Bernal.
Crítica: La crueldad detrás del estridente tono de voz de la ex presidenta Isabel Perón llega al escenario del San Martín. En una puesta minimalista, moderna y práctica, la pieza es exquisita. Acertados momentos de ironía, desfachatez y reflexión, subrayados con algunas canciones, distienden la atrayente trama.
Happyland nos sitúa inicialmente en el momento en que Isabelita es detenida y llevada al sur argentino. Es confinada en el castillo El Messidor, acompañada solo por su asistente y sus dos mascotas. La honesta interpretación de Alejandra Radano despierta simpatía inmediata, le da un toque irresistible y, a la vez, amargo.
Con astucia y creatividad, el autor Gonzalo Demaría nos permite conocer dos momentos en la historia del personaje que se mezclan todo el tiempo. Los inicios de su carrera -cuando conoce a Juan Domingo Perón- y el final de su endeble conducción como presidenta.
La dirección de Alfredo Arias es precisa, consigue que el ritmo narrativo y la aproximación lingüística para que cada personaje sea inmejorable. El vestuario de Julio Suárez es realmente espectacular, representativo e impactante. Hay una especie de acuerdo estético entre lo histórico y lo vanguardista. La singular iluminación de Paula Fraga y el diseño de escenografía de Julia Freid, confieren identidad propia a este montaje.
Y por supuesto, las destacables interpretaciones. Sin dudas, un elenco que se brinda con energía, talento y generosidad. Marcos Montes, como la autoritaria gobernanta, nos cautiva desde el primer momento y capta nuestra atención hasta el final. Tiene además uno de los momentos más delirantes y acertados de la obra cuando se transforma en Evita y confronta a la nueva esposa de Perón.
María Merlino brilla como la criada andaluza. En un papel más pequeño pero impecable resulta sorprendente Adriana Pegueroles como el arzobispo.
Happyland supone una ocasión privilegiada para disfrutar del trabajo de un autor que no nos deja de sorprender en cada proyecto que se propone. Todos se destacan en el excelente montaje por sus talentos individuales. Sin duda, es uno de los espectáculos más recomendable de la temporada. Cristian A. Domínguez
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