El curioso unipersonal que dirige Flor D'Agostino, tiene una moderna y lúdica puesta en escena, con imágenes en video que permiten que el espectador agudice su visión y de libre cuota a su imaginación. Potenciando de esa manera, la versatibilidad que posee el protagonista, que se transforma de forma directa y dinámica en desopilantes personajes. El texto es simple, pero divertido, pues apela a los sentimientos, a la historia cotidiana, convivencia en pareja y la vida misma hasta la vejez. Su boca verborragica es totalmente ocurrente, tierna, y con la pizca justa de locura que el actor sabe dosificar con astucia.
El espectáculo inicia con la llegada del cómico a una estación de tren que lo conducirá “al interior de uno mismo”. Provisto solo de una valija, comienza la metamorfosis escénica del actor en diferentes personajes durante más de una hora, con dinámica creciente. El publico festeja cada anécdota y confesión que cuenta y ello es posible, gracias a que Wainraich maneja con notable histrionismo su natural comicidad y se permite jugar hasta con su fisionomía, cantar y bailar o reirse de sí mismo. Compararse negativamente con Nicolás Repetto, convertirse en una viuda quejosa y asqueada del recuerdo de su marido, un barrabrava exaltado que solo le importa ir a la cancha o un querible abuelo aportando sentimentalismo al show.
Una sucesión de inesperados monólogos con un hilo conductor, donde la risa, la hipocresía o la ternura sin olvidar la picardía dan el presente. El actor demuestra su crecimiento interpretativo, reflexiona y opina sobre cuanto tema (religión, amor, desamor, futbol, la vida y la muerte) se le pasa por la cabeza, baila, canta, se divierte, y de seguro entretiene a quien la observa.
Luego de una temporada en el Teatro Maipo donde volverá desde el 18 de enero, el artista se adentra en una gira por el país. Y se presenta este 6 de diciembre en el Teatro Radio City de Mar Del Plata (San Luis 1750), a las 21. 30 hs. No se lo pierdan.
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